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Lejos de Colombia

Este artículo es antiguo, pero a la luz de los recientes y tristes episodios ocurridos durante el Panamericano, denota una cierta actualidad...

Bogotá fue sede del primer Seminario Panamericano de patinaje (carreras y artístico) y no es caprichosa la elección de la ciudad colombiana, ya que actualmente es ése el país líder en América y el liderazgo no tiene que ver sólo con su resultado deportivo (campeones mundiales 2001-02) sino además con la estructura que desarrollaron: organizativa, dirigencial, económica.
A la Confederación Panamericana la preside el colombiano Carlos Orlando Ferreira -también presidente de la Federación Colombiana- y desde hace algunos años son los dirigentes de esas latitudes los mayores oponentes a los europeos, quienes históricamente comandan el patinaje de velocidad en el mundo.
Quieren instalarse en los lugares de poder dentro de la organización internacional (Federación Internacional de Roller Skating- FIRS), ser partícipes de las tomas de decisiones, pero antes se preocuparon por "desarrollar" el patinaje en todas sus modalidades en su país y tener argumentos válidos para semejante pretensión, y lo están logrando.
Hace algunos años atrás era impensado hablar de que algún otro equipo latinoamericano, que no fuera el argentino, ocupe un sitial de privilegio entre las potencias internacionales. Pero mientras nosotros nos creímos que nuestros patinadores crecían naturalmente, ellos investigaron como transformarse en un modelo con identidad propia, que los ubicase progresivamente en lo más alto, hasta destronar, incluso, a los cucos norteamericanos.
Promocionaron fuertemente a los primeros patinadores con logros internacionales (Luz Mary Tristán fue la primera campeona mundial en el 90); se equiparon, actualmente cuentan con 70 pistas dispersas por todo el país; aprendieron de todos, venían siempre a correr a Argentina, contrataron a técnicos australianos, norteamericanos, italianos, pero adaptaron todos los conocimientos a su medio; masificaron la actividad difundiendo no sólo a las figuras deportivas del momento sino a la actividad en sí creando un espacio para la prensa especializada; junto al deportivo produjeron el crecimiento dirigencial y actualmente, siendo los campeones del mundo, siguen investigando cómo producir más y mejores patinadores con el alivio de ser los primeros pero sin la soberbia de serlo.
A cualquier persona relacionada al patín carrera argentino, especialmente al marplatense, le costaría escribir estas líneas tan halagadoras hacia otro país sudamericano sin sentirse responsable por el tiempo perdido por el patín carrera nacional.
Nada de lo que ocurrió en Colombia hubiese sido imposible de realizar aquí, pero mientras las discusiones intestinas en pos del poder ocupen el primer lugar de interés entre dirigentes, técnicos y deportistas argentinos y los clubes, asociaciones y federaciones no tomen conciencia de que son responsables también del presente del patín carrera, será imposible recuperar nuestro real potencial.
Este año, ya que el Mundial en China aparece muy lejano a nuestra capacidad de recursos, puede ser un buen momento para empezar desde las bases a crear entre todos un programa nacional y ejecutarlo cada uno en su medio para que Colombia no nos quede tan lejos.

Por Claudia Rodriguez - Publicado originalmente en Diario La Capital de Mar del Plata


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